martes, 12 de abril de 2011

Los comienzos

De retorno en Bruselas tras unos días de familia, amigos, buen tiempo y buena comida en Madrid, con mucho tiempo libre y esperando que acaben pronto los días de ocio forzado, me doy cuenta de que improvisar platos de supervivencia no se me da nada mal y encima disfruto con ello. Tengo un conejillo de indias que se fía de todas mis invenciones y se come todo sin rechistar, y entre alagos y agradecimientos me sugiere que haga un blog dedicado a personas que, como ella, no suelen desenvolverse bien entre fogones.
Mi idea es acompañar los posts de fotos ilustrativas de los platos en cuestión. También intentaré publicar entradas sobre asuntos que no se ciñan meramente a lo que se cuece en mi cocina.
La creación de este blog ha sido bastante espontanea, como la cocina que pretendo presentar, por eso hoy no puedo acompañar este primer post de fotos de los platos que he preparado hoy, pero sí dar una idea de lo que han sido.
Vamos al grano... en este caso, de arroz. ¿Qué podía cenar hoy? Con la nevera bastante pelada, más hambre que un lobo y pocas ganas de cocinar he pensado en hacer el típico arroz a la cubana que mi padre nos preparaba de pequeños y que nos encantaba, pero como no había tomate, he tenido que improvisar y he acabado preparando una especie de risotto con bacon, cebolla y queso emmental rallado.
Los ingredientes para dos personas, muy básicos: un vaso de arroz, dos puñados de bacon en taquitos, media cebolla pequeña, dos puñados de queso emmental rallado, una pastilla de caldo de carne, aceite de oliva, sal y agua.
La preparación, muy sencilla: cortamos la cebolla en trocitos, la rehogamos en el aceite de oliva junto con las tiras de bacon y cuando la cebolla esté doradita añadimos el vaso de arroz y lo rehogamos todo junto. No olvidemos añadir un poquito de sal.
Mientras hemos puesto a hervir un cazo con agua en el que hemos disuelto una pastilla de caldo de carne. Cuando el agua esté caliente la añadiremos poco a poco al arroz y estaremos pendientes y removiendo para que no se peque. Si el agua se va consumiendo, añadiremos un poquito más de agua. Cuando el arroz esté hecho, le añadimos el queso y removemos bien para que se mezcle.
La receta aún no tiene nombre, pero el resultado ha sido más que satisfactorio. Invito a que cada uno lo bautice como prefiera.
De postre, fruta de temporada, fresón de Huelva.
Os dejo la banda sonora de la receta. À bientôt!

No hay comentarios:

Publicar un comentario